Todos tenemos creencias sobre lo que funciona o no en educación, basadas en nuestras experiencias. Sin embargo, además de sentirlo, necesitamos pruebas. Como maestro, he visto una y otra vez cómo una buena relación entre padres e hijos influye directamente en la actitud de los alumnos frente al estudio y a la vida en general.

Cuando en casa se fomenta el diálogo, la confianza y el apoyo incondicional, los estudiantes desarrollan una motivación intrínseca que va mucho más allá de las calificaciones.

Lo que dicen los estudios

No se trata solo de intuición. Hay evidencias sólidas que respaldan esta idea. El estudio de Henderson y Mapp (2002) concluye que la participación activa de la familia es clave para mejorar el rendimiento académico. Un ambiente colaborativo potencia el éxito más allá de lo que reflejan las notas.

Por otro lado, Fan y Chen (2001) muestran que el apoyo en casa, mediante la supervisión y el refuerzo, mejora la autonomía del alumno. Incluso pequeñas intervenciones familiares tienen un efecto positivo en la motivación.

Finalmente, Epstein (2001) subraya que la familia debe ser vista como co-creadora del proceso educativo. No es solo receptora de información: su colaboración potencia tanto el rendimiento escolar como el desarrollo integral de los niños.

Escuela y hogar: una alianza necesaria

Mi experiencia confirma lo que dicen los estudios: es fundamental mantener un canal de comunicación continuo entre la escuela y el hogar. Además, compartir estrategias, recoger feedback y alinear expectativas convierte a la familia en motor del aprendizaje.

El papel del docente, especialmente del tutor, es clave. Debe fomentar iniciativas que inviten a los padres a participar activamente, ya sea en reuniones, talleres u otras actividades que fortalezcan el vínculo educativo.

La motivación se cultiva día a día

La motivación no surge de forma espontánea. Al contrario, se construye con constancia, empatía y compromiso compartido entre el aula y el hogar. Reducir la tarea docente a transmitir conocimientos es un error. La verdadera enseñanza consiste en acompañar, motivar y conectar.

¿Quieres descubrir cómo fortalecer el vínculo familiar para potenciar la motivación de tus hijos? 👉 Contacta conmigo y diseñemos estrategias que refuercen la relación entre escuela y hogar.

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